EXCEPTIOLOGÍA
Exposición individual en la galería LA GRAN en 2017
T.E.S.T. en Vila-real 2018
¿La excepción confirma la regla, o si hay excepción no hay regla, como sostienen algunos?
Esta pregunta obliga a explorar una dimensión filosófica de respuestas, a caballo entre la absoluta racionalidad científica y el empeño por revelar el lado irracional -y por tanto o misterioso e imprevisible- de la existencia.
Mediante una reflexión sobre los métodos taxonómicos históricamente propuestos por los Museos de Ciencias dirigidos a educar a través de la observación empírica de las leyes naturales, con sus obras y su montaje la artista cuestiona “el afán de distribuir el mundo entero según un código único” (Perec), una ley universal apoyada en exclusiva en un pensamiento lógico/racional. Y se apropia de ese carácter didáctico de la institución museográfica para proponer nuevas formas de clasificación que tomen como punto de partida la emoción y la irracionalidad.
La exposición se compone de varias series (Rara Avis, Teratologías, Tabú, Delgada Línea, Ídolos) en las que la artista utiliza técnicas relacionadas con la metodología tradicional de documentación y clasificación de especies: papeles salados, cianotipias, acuarelas o esculturas de bronce que muestran especímenes insólitos; carteles taxonómicos con catalogaciones de especies excepcionales.
La ciencia investiga nuestro pensamiento racional: lo lógico, lo objetivo y lo absoluto. Pero considera que el objetivo del arte debe ser tratar de descifrar el lado irracional del pensamiento, creando obras que investiguen dentro de lo emocional, lo subjetivo y lo relativo. Por ello ha configurado una suerte de bestiario de aves bicéfalas, reptiles mutantes, insectos siameses, mamíferos poliformes y otras alimañas excepcionales e inclasificables, a menudo monstruosas y siempre carentes de lógica.
Con todo esto, convierte la galería en un “museo de ciencias naturales” regido por la poética de lo irracional aunque utilice, para tratar de legitimarla, los recursos propios de este tipo de instituciones: listas, cartelas descriptivas, folletos desplegables, vinilos explicativos en la entrada, así como un espacio de “laboratorio” donde dispone fotografías, bocetos procesuales, elementos descartados, etc.
La excepción es ese esfuerzo por reencontrarnos con lo monstruoso y percibirlo como el acto poético que encierra, por lo que la puerta de la galería, convertida temporalmente en museo, es una frontera que separa el mundo cotidiano del extraordinario. Y traspasar ese límite nos predispone mentalmente a percibir y sentir con una atención especial.