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Este proyecto tiene como objetivo reflexionar sobre la naturaleza orgánica de la cera y su capacidad de cambio y transformación. La investigación se centra en la apreciación de la cera como un material extraordinario, tanto en términos físicos como simbólicos, sirviendo como metáfora de la vida y la muerte.
Uno de los principales desafíos en la conservación de la cera es su sensibilidad a las altas temperaturas, lo que provoca se vuelva pegajosa. Esto conduce a la encapsulación de polvo y otras partículas suspendidas cuando se enfría. Este fenómeno se debe a que las moléculas de cera son compuestos orgánicos compuestos principalmente por largas cadenas de hidrocarburos, es decir, átomos de carbono e hidrógeno. Estas cadenas son hidrófobas, repelen el agua, pero son capaces de unirse con otras moléculas no polares, como los compuestos orgánicos volátiles (COV) en el aire o los hidrocarburos en el agua. Esta propiedad se ha utilizado para medir la contaminación ambiental mediante el análisis de muestras de cera de abejas y otros tipos de cera. Por lo tanto, la cera puede funcionar como un termómetro ambiental.
Esta investigación se centrará en la cera que es producida por las abejas para almacenar miel y polen. La cera tiene una estrecha relación con el ser humano desde tiempos inmemoriales y ha sido utilizada en infinidad de formas y contextos.
Berlín tiene una rica tradición de producción y uso de cera en campos culturales y artísticos. Por un lado, la ciudad tiene una estrecha relación con las abejas y se ha convertido en un lugar donde se valora y promueve cada vez más la apicultura urbana y la protección de las abejas. Se estima que Berlín tiene más de 500 colmenas en toda la ciudad, muchas de ellas ubicadas en azoteas y parques públicos.
Y tambien hay que tener en cuenta que en Berlín, la cera ha tenido una larga tradición en el campo del modelado anatómico. La cera ha sido utilizada durante siglos para crear modelos de anatomía humana, que se han utilizado para la enseñanza en escuelas de medicina e investigación en el campo de la anatomía. Uno de los ejemplos más destacados de este uso se encuentra en el Museo de Historia de la Medicina de Berlín, que cuenta con una colección de más de 750 modelos anatómicos de moulages dermatológicos de cera. Esta colección se considera una obra de arte debido a su precisión y detalle, y ha sido utilizada por generaciones de estudiantes de medicina para aprender sobre la anatomía humana.
Con Skins se pretende descentralizar la mirada antropocéntrica y dar voz a lo sensible y no humano. Por ello crearía obras que abandonen la capacidad de mimesis que tiene el material para centrarnos en las cualidades propias de la cera. Y trabajarla como si fuera una piel con agencia. Una piel que a lo largo del tiempo se ve afectada por el entorno, la temperatura y los elementos modificando lentamente su superficie. Como si fueran unos moulages dermatológicos en los que la cera se vuelve cuerpo. Pero es un cuerpo compartido, desantropizado, un órgano expuesto.
Para ello se estan llevando a cabo intervenciones con piezas de cera en diversos lugares de la ciudad para observar cómo interactúa con el entorno urbano y sus elementos.
El proyecto también busca desafiar las dicotomías binarias presentes en la epistemología occidental y explorar las complejidades contemporáneas a través de la creación artística. Su objetivo es aumentar el interés de la comunidad en las colecciones y el patrimonio de la ciudad mediante la fusión del arte y la ciencia, y promover la conservación y la sostenibilidad.
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This project aims to reflect on the organic nature of wax and its capacity for change and transformation. The research focuses on the appreciation of wax as an extraordinary material, both in physical and symbolic terms, serving as a metaphor for life and death.
One of the main challenges in wax preservation is its sensitivity to high temperatures, causing it to become sticky. This leads to the encapsulation of dust and other suspended particles when it cools down. This phenomenon occurs because wax molecules are organic compounds primarily composed of long hydrocarbon chains, i.e., carbon and hydrogen atoms. These chains are hydrophobic, repelling water, but capable of bonding with other non-polar molecules, such as volatile organic compounds (VOCs) in the air or hydrocarbons in water. This property has been used to measure environmental pollution by analyzing samples of beeswax and other types of wax. Therefore, wax can function as an environmental thermometer.
This research will focus on the wax produced by bees to store honey and pollen. Wax has a close relationship with humans since time immemorial and has been used in countless forms and contexts.
Berlin has a rich tradition of wax production and use in cultural and artistic fields. On one hand, the city has a close relationship with bees and has become a place where urban beekeeping and bee protection are increasingly valued and promoted. It is estimated that Berlin has over 500 beehives across the city, many of them located on rooftops and in public parks.
It’s also important to note that in Berlin, wax has a long tradition in the field of anatomical modeling. Wax has been used for centuries to create models of human anatomy, which have been used for teaching in medical schools and research in the field of anatomy. One of the most prominent examples of this use can be found at the Berlin Museum of Medical History, which boasts a collection of over 750 wax dermatological moulage anatomical models. This collection is considered a work of art due to its precision and detail and has been used by generations of medical students to learn about human anatomy.
With “Skins,” the goal is to decentralize the anthropocentric perspective and give voice to the sensitive and non-human. Therefore, artworks will be created that abandon the material’s mimetic capacity to focus on the unique qualities of wax. It will be worked as if it were a skin with agency. A skin that over time is affected by the environment, temperature, and elements, gradually altering its surface. It’s as if they were dermatological moulages where wax becomes flesh. However, this is a shared, de-anthropocized body, an exposed organ.
To achieve this, interventions with wax pieces are being carried out in various city locations to observe how they interact with the urban environment and its elements.
The project also aims to challenge the binary dichotomies present in Western epistemology and explore contemporary complexities through artistic creation. Its goal is to increase community interest in the city’s collections and heritage by merging art and science, and promoting conservation and sustainability.